POLLO ASADO EN ADOBO PERFECTO

Esta presuntuosa afirmación de llamarle a este recetilla, «pollo asado en adobo perfecto», tiene una explicación, y habiéndola, os la voy a dar.

Soy muy aficionada a comer pollo pero siempre bajo una premisa genética que no es otra que conseguir, (cito palabras textuales  de mi abuela),  que el pollo «siempre venga disfrazado». De no ser así, «el pollo siempre sabrá a pluma».

Dicho esto, los que me seguís por aquí, sabréis que tengo infinidad de recetas de pollo, pero siempre, siempre, de pollo disfrazado.  Si sois de los que que disfrutáis  de una pechuga a la plancha sin más, o si sois de los que un pollo al horno con sal y limón, ya os pone, dudo que esta receta os guste, más que nada, porque está en las antípodas de ese tipo de elaboraciones al natural.

La particularidad de este pollo asado en adobo perfecto, es que, precisamente,  no incluye más disfraz ni ingredientes que su  propio adobo. Es decir, no lleva cebollas, zanahorias, patatas, pimientos, ciruelas, naranjas ,manzanas…ni mil otros acompañamientos que yo suelo utilizar cuando aso, o cocino, un pollo.

Este adobo es ideal, tanto para hacer pollo asado en horno, como a la brasa. Sin nada más. Desde que le vi la receta en Instagram a  Sofía, de @allaputanescaa, tenía ganas de hacerla…¡y la hice hoy!

Yo he incluido unas ligerísimas modificaciones en el adobo, sustituyendo tomillo por orégano (que para carnes me gusta más) y añadiendo una miel con canela. La mezcla de ésta última con comino es uno de mis descubrimientos en los comienzos de éste blog y le debo tener cariño.

Esta receta la he elaborado para mi supermercado cercano y de confianza que no es otro que GADIS. Allí, además, podéis encontrar todos los ingredientes que he necesitado para hacerla.

 

Aproximado proceder:

No tenemos más que mezclar todos los ingredientes del adobo junto a los dos dientes de ajo  bien espachurrados con sal en el mortero.

IMPORTANTE: Es imprescindible masajear bien el adobo por dentro y por fuera del pollo y dejarlo a dormir en él.

Al día siguiente, sólo hay que cocinarlo. Tal cual está, si lo hacéis a la brasa y añadiendo un botellín de cerveza, si va cocinado en horno.

Yo lo asé así y con estos tiempos:

Introduje el pollo con su adobo en una fuente de horno, añadí un poco de sal, medio botellín de cerveza  y lo cubrí  con papel de aluminio.

Precalenté el horno a 250º y lo tuve asando 30 minutos.

Bajé la temperatura a 180º, añadí el resto de cerveza y lo mantuve otros 25 minutos también tapado.

Destapé,  doré a 200º  otros 5 minutos más, ¡y listo!

A ver si a vosotros también os parece este el adobo perfecto. Lo que os puedo decir es que, para mí,  la salsa está para comérserla a cucharadas. Literalmente y sin exagerar.

TRUCO: Siempre que aséis carnes o pescados en el horno, y siempre que el vuestro no sea de vapor, claro,   poned un cacharrillo con agua en la parte baja del mismo. Cualquier cosa que cocinéis  os quedará así mucho más jugosa…¡y no cuesta nada hacerlo!

En este  blog, tenéis otras recetas de pollo que me encantan y que os dejo aquí mismo por si queréis echar un ojillo.

Esta receta de pollo rebozado y crujiente sin freír, sin grasa y hecho en horno, es uno de los grandes éxitos de mis cursos de cocina.  PICAD AQUÍ

Para un pollo asado fácil y muy rico, PICAD AQUÍ

Y para uno asado y especiado al estilo marroquí my way, PICAD AQUÍ

Aunque este otro, primo del anterior, tampoco está nada mal. para verlo, PICAD AQUÍ

Y que no se me olviden las pechugas de pollo  que más repito cada verano. Para estas, PICAD AQUÍ

Espero  que os suméis conmigo a la liga del pollo bien condimentado y os animéis a probar estas recetillas para ir incorporando las que más os gusten a vuestro recetario casero, familiar y particular.