Que menos que intentar dejaros la segunda parte de la primera parte (momento Groucho Marx) de «Un año para olvidar y recordar», antes de que acabase el mes de enero… Pues, queridiños, no pudo ser; estamos en febrero.
Por si la hubieseis olvidado o por si la quisieseis recordar, os dejo aquí el link a la I parte.
II PARTE: JULIO -DICIEMBRE 2021
El verano siempre ha sido mi estación favorita, preferida y más disfrutada del año Quizá porque donde yo habito el trabajo puede compaginarse con agradables temperaturas y, sobre todo, puede compaginarse con el mar. O quizá pueda deberse a que en otra vida (y en esta) fui más cigarrita que hormiga. Y eso, se ve que también cuenta.
Y en julio cumplí otro año, como ya viene siendo habitual y también, como siempre, celebré otro santo. Al tiempo, mi sobrino mejoraba y mi madre (y yo) nos acostumbrábamos a su nueva vida fuera de casa. Agosto lo pasé, (que aunque no lo pareciese, trabajo, era) de concierto en concierto como una groupie viejuna cualquiera.
Y el verano seguía y yo, que seguía empeñada en volverme a enamorar, lo único que veía era a mi abuela apareciéndoseme cada noche mientras pronunciaba su famosa, visionaria y lapidaria frase de: «hijiña, ya te digo yo que ni queriendo, tienes donde ahorcarte».
Un día de finales de agosto, en una cena de amigas, divertida y ruidosa a más no poder, tras permitir que un inolvidable Godello, cual famoso Cariñena, se apoderase de mí (y de todas) dos de mis amigas (socias y además editoras) me propusieron escribir. La idea inicial se perfiló como gastronómico-pedagógica aderezada con la supuesta gracia que ellas me ven a mí en esto del juntar letras. Para eso, la verdad, no me consideré suficientemente cualificada y la cosa acabó mucho más frívola, y, consecuentemente, mucho más divertida. Acabamos exaltando muchísimo la amistad e imaginando una hipotética novela sobre la tan de moda y famosa aplicación para ligar.
Y yo, que como mente curiosa que aún soy, le tenía ganas al asunto, me faltó tiempo y me sobró auto justificación. Además de en la conocida aplicación de Tinder, me di de alta en otra de apariencia mucho más seria que, desgraciadamente, ofreció escasos resultados y en otra alternativa (mucho) en la que, vistos los candidatos, aguanté una semana. Y sin respirar. Yo, si tengo que hacer un trabajo de campo, siembro. Y siembro mucho, para poder luego cosechar.
Y se agotaba el verano cuando, ¡por fin!, volví a sentir las ansiadas mariposas en el estómago y las uñas de Rosalía, (y no de la de Castro, precisamente) rasgando de arriba a abajo mi órgano digestivo. ¡Y me volví a enamorar! Me enamoré y lo hice como intento hacer yo todo en la vida: intensamente y de verdad.
Y lo nuestro duró, lo que le duran a Sabina dos piedras de hielo en un whisky on the rocks. Traducido a unidades de medida más conocidas, fueron diecinueve días. Para olvidarlo, mantengo la esperanza de no necesitar de sus correspondientes quinientas noches.
………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………Y si ahora llegáis aquí a leer esto, observaréis que la anunciada historia de amor (que por supuesto, era totalmente anónima para poder exponerla aquí) ha desaparecido.
Sé, y me consta, que su protagonista nunca hubiera querido verse expuesto aquí y, sin embargo, lo estuvo. Y una vez transcurridos los tiempos preceptivos necesarios y sus correspondientes duelos, los grandes amores deben ser recordados y los desamores, olvidados.
Y como desde hace poco tiempo me consta que uno puede levantarse una mañana para ir a trabajar y acabar no volviendo nunca más a su casa, intento no salir nunca de la mía dejando una crema abierta, la cama sin hacer, y, en este caso, una historia que debería haber borrado hace tiempo, aquí y así expuesta.
Este, y no otro, es el motivo por el que ya no la podréis leer. Seguro que lo entendéis perfectamente
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….
Y comencé este enero leyendo un artículo de mi admirado Juan Tallón sobre sus propósitos para este año, y en él, de repente, encontré mi solución. Decía, más o menos, que a veces en la vida había que conformarse con el fracaso de lo que se quería. A veces deseas algo, lo consigues y lo pierdes. Y ya está. Citando sus palabras y asumiendo su retranca: «introducción, nudo y desenlace, al menos es una historia con estructura».
Desde luego y en el caso de esta historia , por nudos, que no sea.
Y para lo de la estructura, no se si empezar arquitectura, o si me vendrá mejor una ingeniería…
33 comentarios
Buenoooo! Te superas a ti misma , Carmen! ????????????como me río con tus entradas, y con tus salidas! Jejeje La bomba eres. Sigue escribiendo que lo haces genial. En cuanto veo el mail me falta tiempo para leerte. ????????????????????
Pues mil gracias, Teresa, por tu afición a leerme. Es muy de agradecer. Y lo hago…
Me encanta como cuentas las cosas.
Escribe un libro ya ????????
Igual un día me pongo, Rosa…Gracias por comentar aquí.
Dios Carmen ……………….que pasada , que historieta conmovedora excelentemente narrada , me parece un lujo que te cagas poder disfrutar de tus escritos y tus sentimientos .
No dejes de cocinar porque lo haces muy bien pero escribir , tia …………..lo bordas .
Gracias por compartir tus experiencias , eres altamente generosa .
Infringidoras per secula seculorum !!!!!!!!!!!!!!!!!!
Infringidoras, siempre infringidoras y bendito el infringimiento que un día nos unió…Gracias por estar siempre ahí, tan tú y tan auténtica.
Si decides escribir una novela aquí me tienes entre tus lectoras primeras
Más se perdió en Cuba, asi que mirar hacia delante , una persona así mejor lejos que cerca.
Buenos propósitos para el 2022 y a golpe de melena rubia nos los vas contando
A golpe de melena rubia, y aunque me la haya cortado, incluso de más, os seguiré contando…Gracias por comentar, Marisa.
Leerte me lleva a recordar a mi querida Almudena Grandes, eso que sentía cuando leía sus historias, esa manera de emocionar con el relato de los sentimientos, fueran cuales fueran; soy viguesa de nacimiento y de corazón; vivo en la otra punta, la medicina aquí em trajo; pero siempre vuelvo, al menos dos veces al año y creo que un día pasaré por allí.. gracias por este relato .Seguiret no es una casualidad.
Pues cuando vuelvas a casa me encantará conocerte, María José. Te llevas el premio al mayor y más inmerecido piropo. ¡Menuda comparación! Mil gracias…
Carmen ,eres genial como persona,como cocinera y como escritora
Me encanta leerte y lo paso genial imaginándote
Paloma, a mi también me gusta mucho imaginarme personas. En eso nos parecemod, seguro que en mucho más, también. Gracias por el piropo y otras tantas por leerme.
Me encanta como escribes. Incluso el dolo más profundo que se entiende que sufriste te tiene un guiño de humor. Querida, por muy perfecto que sea, desde fuera y leyendo esas idas y venidas, te enamoraste hasta las trancas de un mareador de libro. Huye lo más lejos que puedas si volvéis a cruzaros porque está a gusto contigo, pero no tanto como para hacerte un hueco definitivo en su vida. No soy vidente pero después de haber tropezado cincuenta veces (o más) con tres piedras parecidas, estoy segura de que EL no es. Ya llegará. Un beso
Hola, Cris:
Eso es exactamente lo que intento, reírme de mis penas y reírme mucho de mí. Cuando lo consigo sé que estoy en el buen camino. Esta vez me costó, al final, escribiendo, lo conseguí…
Y estoy de acuerdo contigo: él, no era Él. Un beso y gracias por dejar tu comentario hoy aquí…
Hola Carmencita; leí con gran interés un relato encendido de pasión, escrito con la vehemencia de una adolescente y la capacidad cognitiva de un raciocinio de adulta culta y reflexiva. Somos una suma de genética, vivencias, sensaciones y aprendizaje. Alegrias y frustraciones remedan a los dientes de sierra de una competición deportiva. El amor tiene la virtud o el defecto de ejercer de guillotina que desconecta cerebro y corazón que funcionan de forma autónoma. Un gran amigo mío en épocas pretéritas donde el desengaño amoroso me sumia por tiempos entre la melancolía y el desenfreno reparativo me dijo algo tan simple como exacto: Amigo Paco, primero superación racional de valorar aquello que no te conviene, la superación emocional viene mucho después. Luego viene el conocido y quizá campurriano refrán de que la mancha de la Mora con otra verde se quita. Prosaica pero útil en un apuro. Si apuramos la filosofía, nos vamos al amigo Tagore; “ no llores por la pérdida del sol porque las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”. A esta preciosa reflexión, el humorista ya fallecido El Perich, la cambió el final por algo más escatologico; no llores por la pérdida del sol porque las lágrimas no te dejarán ver la “ mierda que hay en el suelo” . En efecto Carmencita; hay mucha muerda disfrazada de polvo de estrellas y algunos sapos disfrazados de principes a los que no entiende ni la madre que los-as pario y en cuyo ciclo vital alternan la brillantez con sublimes gatillazos mentales fruto de la indecisión, el miedo o la inseguridad. Que te voy a contar que tú no sepas. Átate al palo mayor de tu entorno no tóxico y haz como Ulises en el camino de vuelta a Itaca que conociendo sus anhelos no quiso atender a los cantos de las ladinas Sirenas.
Hola, Paco:
Tu comentario da para otro inspirador post. No puedo estar más de acuerdo contigo. Yo soy de las que huyo del escepticismo militante, ese, tan propio de la edad, que convierte en derrota todas las batallas sin ni siquiera haberlas librado.
Ya me até al palo mayor de mi vida, que, en mi caso, es más bien pequeño. Ahora ya puedo resistirme a cualquier canto de sirena. Está vivido, disfrutado, llorado y vivido. Al final, no consiste en mucho más la vida.
Gracias por comentar y por dejar tus sentimientos hilvanados aquí.
Un abrazo.
Un comentario ligero y en Gallego de un amigo lejano, apodado Visiño, auténtico filósofo urbano y si se me permite cariñosamente un auténtico animal de bellota. Entre otras irreproducibles; “o que contan son as feitas”
Tus recetas, tus mesas, tus historias me tienen enganchada. Esta última es una delicia, con el punto justo de todo. Deberías recogerlas en un libro de recetas para el ánimo; tu forma de encarar las situaciones es tan real y tan positiva que seguro ayudarías a muchos a llevar mejor las suyas y a todos tus lectores a pasar un tiempo dorado como el verano de nuestro Vigo . Gracias por compartir tus escritos
Gracias a ti, Mercedes, por estar siempre ahí. Intento, bueno, no sé que intento. Y la verdad es que mucho mérito no tengo que yo ya vine así de serie. Poco de esto es logro mío. En esto, se ve que tuve suerte, en otras cosas, ya ves que no…pero seguimos jugando para Bingo. A ver si, por lo menos, un día, canto línea…
¡Ay Rubia! explayarse así es mejor que ir al psiquiatra. Lo sueltas todo y te ahorras los honorarios del especialista.
Un beso muy fuerte.
No puedo estar más de acuerdo contigo, María. Ahorre tanto que con esos ahorros me fui a Londres y por eso tardé unos días en contestar…
Me encantan tus historietas Carmen
Son vida, Celia. Vida vivida, exprimida y disfrutada, como me gusta a mí que sea. Gracias por comentar.
HOla Carmen, de verdad estoy alucinada. Me tienes enganchada a tus recetas y esperando a que puedas tenernos en tu taller con un curso de mejicano, de navidad o de lo que sea. Quizá debieras replantearte tu profesión y ampliar el abanico. Qué tal un curso de cómo tropezar 6 veces ó 60 y decirlo con tanta gracia y a la vez humildad pero sobretodo ponerle ganas a superar un daño tan gratuito como insensible propio de personas que no las son.
De corazón espero que lo superes pronto y te animo a que escribas, enganchas de principio a fin.
Un besiño
Ese curso de como tropezar 60 veces en la misma piedra, podría darlo con los ojos cerrados, Montse. Se ve que es mi especialidad… Publicar este post ha supuesto pasar página a esta historia. Imagino que, aún siendo anónimo para todos, se habrá enfadado. Ahora ya me da igual. Y para mí, por fin, ha supuesto pasar página. Gracias por comentar y perdón por mi tardanza en contestar.
Querida Carmen, a veces aquel dicho de » ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio»,pero no hay nada que los cure mejor que haciendo ese análisis objetivo que has hecho. ..un día te dije:Estas preparada,recuerdas? Y veo que no me equivoqué, el mundo no está hecho para cobardes indecisos, aunque también de ellos se aprende.
Querida Berta:
A veces, creo que para quien no está hecho el mundo es para mí. Pero luego se me pasa. Y de todo se aprende en la vida. A veces, es lo único que nos queda.
Gracias or comentar y perdón por mi tardanza en contestar.
Me encanta. Cuando decidas escribir libros te los compraré todos.
Un beso
Ojalá llegue ese día, Felicidad…Gracias por tu comentario
Carmen, Carmencita, no pierdas nunca tu forma de ver la vida, de afrontar los problemas, de cuidar de los que más quieres, y , sobre todo, de reírte de ti misma, de las señas de tráfico y de las experiencias que buscadas por ti misma. Siempre sigues aprendiendo y compartiéndolo con nosotros. Yo también deseo leer ese libro que tienes en mente y que será un Bestseller asegurado!
Tú que me conoces bien, sabes que la capacidad para reírme de mí misma y hacer de mis penas, chirigotas, quizá sea lo mejor que tengo. Como no es mérito propio que ya vine así de serie, casi puedo presumir. Presumir de la suerte que he tenido y de los amigos que tengo, también.
Gracias por comentar y por hacerlo aquí en vez de por whatsapp
Hola Carmen,creo que te lo han dicho todo lo que yo pienso.Ese sentido del humor en tus comentarios me encanta.Las recetas como tú diferentes y originales.Por favor escribe ese libró que estamos esperando ,para poder disfrutarlo. Besos.
Julia, mil perdones por tu comentario que se me quedó sin contestar y mil gracias por lo que me dices…