MEJILLONES AL VAPOR CON GRACIA
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- 1kg de buenos mejillones gallegos
- 1 botella de EIDOSELA ALbariño
- 2 hojas de laurel
- aceite de oliva virgen extra y rico
- ralladura de 1 lima
Esta receta de mejillones al vapor con gracia es, precisamente, eso: una forma más rica (pero sencilla) de tomar unos mejillones al vapor.
Esta es la primera receta que hago para BODEGAS EIDOSELA bodega cuyos vinos dentro de la D.O Rías Baixas conozco, consumo y disfruto desde hace tiempo, y gracias a ese conocimiento y disfrute ha llegado esa colaboración con ellos.
Como son vinos que me gustan y con los que me veréis elaborar recetas a partir de ahora, os dejo aquí su web de compra.
Y sabiendo que estamos en modo verano, ya conocéis mi teoría de que en esta época vacacional y calurosa hay que comer rico, pero encendiendo la cocina lo menos posible y simplificando los procesos de cocinado al máximo.
Por eso, estos mejillones al vapor con gracia, en cuyo breve cocinado hemos incluido un poco de vino albariño y en cuyo proceso de disfrute hemos incluido el resto de la botella, son un ejemplo perfecto de este tipo de recetas veraniegas.
Y sin más dilación, vamos al lío, que nunca fue menos lío que este…
Aproximado proceder:
Lavamos y retiramos las barbas a unos buenos mejillones gallegos.
El retirado de barbas, o pelillos, se hace con el mejillón crudo y cerrado, con ayuda de un cuchillo y tirando de ellas.
Ponemos los mejillones en una cazuela y les añadimos ,3 hojas de laurel y 200 ml de vino EIDOSELA ALBARIÑO
A fuego fuerte y tapados, dejamos que se produzca el vapor. A medida que se vayan abriendo los vamos retirando y, arrancándoles la concha superior los vamos disponiendo en la fuente de presentación.
Una vez colocados todos en la fuente y aún tibios, los regaremos con un poco de aceite virgen extra bien rico y espolvorearemos ralladura de lima sobre ellos.
Ni que decir tiene que, junto con el pan para ensopar el aceite de los mejillones, el resto de la botella de albariño EIDOSELA será el mejor acompañamiento de un plato que se hace en cinco minutos, ¡y casi sin exagerar!