MEJILLONES EN SALSA RICA

Igual el nombre de esta receta: mejillones en salsa rica, no es muy original, pero es que eso es lo que son. Una salsa que, a priori, parece una salsa de tomate picantilla  que sin tener nada complicado, está especialmente rica.

Así que: mejillones en salsa rica, es el nombre que se le va a quedar a esta recetilla, disfrutada en un restaurante portugués en el que tuvimos que  hacer un tercer grado a la dueña para que nos diese el truquillo y confesase el por qué  de que estuviese especialmente rica su receta.

Yo, en la vida y en la cocina, soy muy de aprovechar las buenas temporadas y como en  esta temporada los que están buenos son los mejillones, pues los aprovecho.  Y YA, para lo de aprovechar  la vida, en general y sin remordimientos, ¡apliquémonos el cuento!

Lo que no tiene temporadas porque siempre está bueno, es el vino de BODEGAS EIDOSELA con el que vamos a elaborar y maridar esta receta. Me estoy aficionando mucho a su vino ARDORA MARIS así que con él voy a guisar estos mejillones.  Y por si os apetece probar algún  delicioso vino de EIDOSELA, os dejo su tienda on line picando AQUÍ.

La receta es tan sencilla como deliciosa y el mejillón es una proteína marina que no usamos más porque es barata y nos debe parecer menos valiosa que la de otros moluscos. Si los mejillones tuviesen precio de almejas, seguro que los apreciábamos más…

Y una vez hechas las #REFLEXIONESDERUBIA de turno, vamos con la receta que no puede ser más fácil.

 

 

 

 

 

Aproximado proceder:

Lavamos bien los mejillones, por supuesto gallegos,  y, con ayuda de un cuchillo, les retiramos las barbas.

El retirado de barbas, o pelillos, se hace con el mejillón crudo y cerrado,  con ayuda de un cuchillo y  tirando de ellas. Es importante que estén bien limpios porque  se van a abrir en la salsa y no queremos que queden arenillas en ella ni pelillos en el molusco.

En una tartera amplia pochamos una cebolla y un par dientes de ajito muy picados.

Cuando estén casi pochados añadimos el vino y lo dejamos evaporar casi completamente.

Después, añadimos el tomate natural rallado o el tomate en conserva triturado y dejamos que se haga el tomate frito que será la base de nuestra receta. Tardará unos 15  minutos y tiene que quedarnos muy espeso para que luego se aligere con el agua que soltarán los mejillones.

Cuando la salsa esté hecha, viene el momento de conseguir ese  el toque picante que lo diferencia y que se consigue con una buena cucharada de mostaza potente y no con guindillas, ajís o tabascos varios.

No queda más que añadir los mejillones a la tartera de la salsa, tapar,  y dejar que  unos minutos más tarde, empiecen a abrirse .

Vamos retirando a un plato los que se vayan abriendo, y, para que sea más cómodo comerlos, les quitamos media concha,

Después, devolvemos a la salsa las medias conchas con su vianda correspondiente, les damos un minuto de fuego para que se calienten de nuevo.

Retiramos los mejillones del fuego, añadimos el cilantro que también les aporta un toque divertido, y listos para disfrutar y mojar mucho pan en la salsa.

NOTAS IMPORTANTES:

En esta receta NO añadí ni una gota de sal. Con la que ya tienen los mejillones, es más que suficiente.

Si tenéis la mala suerte de ser poseedores del gen dichoso que hace que el cilantro os sepa a jabón de  lavadora, podéis sustituirlo por el tallo verde de la cebolleta, bien picadito, y añadido (al igual que el cilantro) al final de la receta.