La vi actuar el sábado pasado en Vigo, y fue como tener una visión, y sin exagerar, (que ya sabéis que para nada, de nada, es lo mío), podría decir que fue hasta una revelación. Porque al «aparecérseme» en el escenario, me di cuenta de lo «aparecida» que era a mi tía Carmen.
Y no, no es que yo tenga que ver nada con aquel niño blancucho, orejudo y chato del «Sexto sentido» que decía: «a veces veo muertos», (que en mi caso, de cualquier ordinal sentido siempre anduve escasita y de vista, concretamente, bastante corta), es que era mi tia abuela Carmen tal y como la recordaba y tal y como era ella cuando al final de su vida, viuda y sin hijos, acabó viviendo con nosotros.
Y no sé tirando de que tipo de hilo mental, (que debía ser hilo de pesca, por lo fino, transparente y resistente que era), llegaron fresquitos, como recién sacados del mar de los recuerdos, montones de retazos, de momentos, de cachitos, y de personas, que una, (a medida que se va viviendo y bebiendo la vida), va cosiendo a la bastilla de su alma «con la leche templada y en cada canción», (que diría mi adorado Serrat).
En ese momento, la vi moverse, serena, con esa sonrisa triste de siempre. Giró sus brazos, lánguidos y elegantes. Abrió sus manos y desplegó unos dedos que aún hablan…..Y con toda la suavidad del mundo se arrebujó en su vaporoso chal….
Y pensé: Una señora elegante. De mayor quiero ser como Ella.
Y mal que me pese y por muchos años que viva y entrene, me va a resultar difícil. Al menos en lo que a elegancia estética se refiere.
Yo no me muevo, me zigzagueo. No soy serena, soy un tornado. No soy lenta, soy una lavadora en constante proceso de centrifugación. Mis brazos no son largos ni elegantes, sino justo lo contrario. Y mis dedos, mejor que no hablen, que como los niños petardos, están mucho mejor callados.
Los chales me gustan, eso sí, mucho y desde siempre. Tengo algunos heredados de mi abuela Romana, y de su hermana mi tía Carmen, que serían dignos de ser lucidos en cualquier escenario sobre los hombros de una señora como Ella, o sobre los de sus antiguas y no menos señoras propietarias. Pero poco más.
Y mientras pensaba en chales, abuelas y tías abuelas, Ella, empezó a cantar.
Nunca antes me había dado cuenta de cuanta emoción, sentimiento y poesía había en todas esas canciones que siempre me habían parecido casi antiguas y casi populares.
Nunca antes me había dado cuenta de que muchas de esas letras pueden ser ya nostálgicos momentos de los recorridos de nuestras vidas. Señal inequívoca esta, de los años que aun queriendo negar, me adornan.
Pensé otra vez que de mayor quería ser como Ella, y que no querría marcharme sin haber recorrido, vivido, sufrido, disfrutado y sentido la vida, como las letras de sus canciones.
Pensé que, al menos una vez en la vida, como aquel toro de las pipas de nuestra infancia, sentiría dejar este mundo sin haber pedido a alguien, «que el tiempo que le quedase libre, si fuese posible lo dedicase a mi «
Pensé que, al menos una vez en la vida, tendría que haber llorado en un mar, espejo de mi corazón, y que ese mismo mar debería haberme visto llorar la perfidia de un amor….
Pensé que, al menos una vez en la vida, tendría que haber reclamado el rosario de mi madre y haber sido valiente para abandonar todo lo demás.
Pensé que, al menos una vez en la vida, tendría que, aún sin jazmines en el pelo, ni rosas en la cara, haber sido para alguien la flor de la canela.
Pensé que, al menos una vez en la vida, un Abril tendría que haber sido para vivir, un Abril para cantar, para sentir, para soñar, y un Abril, para encontrar un nuevo amor
Pensé que, al menos una vez en la vida, tendría que haber sentido que iba bien amarradita a alguien, con espumas y terciopelo, con sus ojazos y mi orgullo. Por el sol y sin apuro.
Y pensé que, al menos una vez en la vida, tendría que tener la valentía de reconocer que a mi también se me acabará la fuerza de mi mano izquierda y que tendré que soltar la rienda. Y que tan sólo una vez, sólo una, tendré que tener la paciencia necesaria para esperar que alguien al fin comprenda que el amor bonito lo tenía conmigo….
No se si mis cirsunstancias hormonales, por mi edad de natural revoltosas, tienen algo que ver en lo que me emocinaron sus canciones y lo que me emocionó Ella. Puede ser. Pero, ¿cómo resistirse a ese….? «Ojala que mi amor no te duela, y te olvides de mi para siempre, que se llenen de sangre tus venas, y la vida te vista de suerte»
No sé, ¡si que sé!, (pero no puedo contarlo aquí), cuantas de estas deseables y terapéuticas emociones están ya vividas, cuantas pendientes, y cuantas prendidas en el fondo de mi alma, cuantas luces aún están encendidas, y cuantas no voy a poder apagarlas.
Ese es mi secreto, y el de cualquiera. Y está publicado, aunque no sea público.
Y, ya puestos, con tanto pensé, y no sé, y creo qué, pues «conclusioné» que también hay que marcharse con algún que otro secreto inconfesable. De esos que, procurando que no causen grave daño colateral o ajeno, dan color y emoción a una vida bien vivida, exprimida y disfrutada.
Y, por supuesto, hay que marcharse, habiendo tenido algún amigo al que confesar lo inconfesable.
Yo, (modestia tonta y aparte), puedo presumir, de lo uno y de lo otro.
Y ya puestos, dedico este por momentos emotivo, por momentos sensiblero post, a esos pocos que conocen de mi todos mis secretos. No hace falta que los nombre, ellos saben quienes son.
Y a todos los demás amigos y ciberamigos que no sé por que inexplicable razón, aún aguantan mis ascensos y descensos gastronómico-emocionales, el mejor de los deseos:
El que les desearé a todos cuando de mayor consiga ser como ella.
¡Ojala que les vaya Bonito!
JARRETE A LA ANTIGUA
No sabía como bautizar esta receta de jarrete, que desde luego, lo que no tiene de original y moderna lo tiene de rica.
A veces, el adjetivo antiguo se nos antoja peyorativo, o cuando menos, negativo. A veces, el adjetivo moderno se nos antoja maravilloso, original y novedoso… Y a veces, otras veces, hay que ver las «astracanadas» que algunos pretenden que nos comamos, ( en el sentido más amplio del término), en aras de dicha encumbrada y mal entendida modernidad.
Este es un jarrete sin pretensiones, sin dificultades, y muy rico. Es de los de siempre, Un clásico. A la antigua
Para ver otro más elaborado y delicioso, con una foto penosa, picad en Jarrete glaseado y si queréis algo más moderno, picad en Carrilleras, (o jarrete), a la vainilla
Aproximado proceder
Cortar el jarrete en trozos grandecitos, enharinar ligerisimamente y dorar bien por todas partes. Salar, retirar y reservar
En ese mismo aceite, procurando que no sea excesivo, se doran por este orden: las zanahorias peladas y cortadas en trozos grandes, cuando ya estén algo doradas, se añade el nabo pelado y cortado en cubos y la cebolla en lascas. Salar ligeramente y cuando este todo bien doradito,(cuidado que no se pegue), se añade el azafrán
A continuación se añade el vaso grande de brandy, se deja evaporar el alcohol unos minutos y se raspa bien el fondo de la tartera con una espátula por si hubiera alguna verdura algo pegadilla.
Añadimos la carne que teníamos previamente dorada y el jugo que haya soltado.
Cubrimos hasta la mitad con agua. Tapamos y a fuego lento dejamos cocer unas 3 horas
Si es necesario durante la cooción añadiremos algo más de agua, y removeremos bien para evitar que se pequen las verduras o la carne a la tartera
Y como digo siempre….
Ya me contaréis…Guisándome la vida, Carmen Albo. Blog sobre gastronomía y cosas mías
12 comentarios
He llegado a tu blog a través de facebook como bien sabes y me ha sorprendido gratamente.
No solo por las magnificas recetas, como la presentas, sino como escribes, como transmites los sentimientos y estos unidos a una receta.
Yo que pensaba que mi blog se habia convertido en un diario de abuela «cebolleta», me has animado a seguir contando mis pensamientos en cada momento y lo que me inspire cada plato.
Por supuestisimo no con tanto arte literario como veo que tienes, pero si intentando dar algo de mi, no solo como cocino.
Gracias y enhorabuena por tu buen hacer.
Una fiel seguidora y admiradora desde este mismo momento.
La verdad es que asocio el jarrete con una carne demasiado «fibrosa», sin embargo, al contemplarlo aquí parece otra cosa… Experimentaré y te contaré…
Por cierto tu historieta, como todas las tuyas, derrocha sensibilidad que no sensiblería…
Carmen Rosa, te había dejado un comentario, pero por lo visto se lo ha tragado el ciberespacio sideral este en el que nos virtualizamos!!
Muchas gracias por tu comentario, me viene estupendamente en un momento en el que no se por que tengo menos comentarios que antes…Algo debo estar haciendo mal!!
No quiero volverme tontita, que esto no es más que una afición, que me encanta, pero afición al fin y al cabo, pero reconozco que me gusta saber que gusto y que me leen, así que hoy más que nunca, gracias por tu animoso comentario
Bienvenida a este blog…Y me voy a ver el tuyo
Gaia, como tantas otras cosas en la vida, cuando son buenas…¡¡»son otra cosa»!!
Prueba con un buen jarrete, y prueba las otras dos recetas que linké en este post
Y gracias por tu otro comentario, el de la historieta…
Como le decía más arriba a Carmen Rosa, y tal y como dice una amiga mía americana cuando algo le sorprende: «aquí ocurre un concepto»
En cualquier caso yo a lo mío que esto no es más que una afición…
Carmen la receta me parece riquisima, la quiero hacer, ya te contaré.
La historieta me tocó la fibra sensible,y es que en el fondo soy un soñador como tu. comparto muchos de tus pensamientos y sentiminetos, lo sabes.
Creo que hay muchas personas que leen tus recetas e historietas con el mismo interes que el primer dia, pero algunos tardamos en escribir un comentario lo mismo que tu en hacer una historieta entera. No decaigas que seguimos disfrutando mucho con tus recetas y tus historietas, un beso enorme.
Miguelito!! Que alegría saber de ti, y que mayor alegría saber de ti, aquí.
El jarrete te saldrá buenísimo que para eso eres el buen cocinero que eres, y para eso pones sentimiento, del tuyo, del bueno, hasta en lo que te guisas.
Mientras me animen personas como tu, no decaeré…aunque andaba yo algo mustia…Pero enseguida se me pasa…
Una vez leyendo unas informaciones de Online pharmacy reviews me di cuenta de lo que era el jarrete , esta receta es una de las mas deliciosas de todos los tiempos, es muy rico el sabor que toma la carne al unirse con las verduras !
Buenas noches Carmen, no había tenido la suerte, hasta ahora, de leer el post que dedicaste a Maria Dolores Pradera, precioso, me identifico con varias cosas que dices.Te felicito por ello. Fui vecina suya durante tres años y era igual de elegante, paseando a su perrito que en el escenario. yo la comparaba un poco a Audrey Hepburn, igual de elegantes.
Cambiando totalmente de tema, quiero saber tu opinión sobre el jarrete, cual es mejor, el de la pata delantera o la trasera. Muchas gracias.
Maria, muchas gracias por tu comentario. Estás en tu casa, así que pasa hasta la cocina!!
Respecto al tema carnal, el mejor jarrete o morcillo, es el que encoge más al cocínalo y creo que es el trasero. Tú pide el que encoge, que aciertas fijo.
Muy rico, lo prepare en las fiestas, ya que no sabía qué hacer…y olé un éxito!! Si es que el fuego lento hace maravillas. Lo tengo echo en olla express y no hay color.
También es un clásico en mi casa que nunca falla, Montse…Lástima que ya no esté a quién dediqué la historieta en su momento…
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