No sé yo si esto de cocinar producto gallego al estilo andaluz, podría ya considerarse cocina fusión, que creo que no, pero lo que os puedo decir que estas cigalitas gallegas fritas a la andaluza, son el entrante que triunfó en mi mesa este fin de semana.
Estas cigalitas tienen el tamaño y precio perfectos para darse un capricho, sin dejarse el presupuesto del mes en el intento. Las encuentro siempre en la pescadería del supermercado Gadis de mi barrio y estan maravillosas tanto cocinadas al vapor, cuando estoy a dieta, como fritas a la andaluza cuando estoy… cuando estoy ¡»echada a perder»!.
Los únicos secretos de esta receta son: usar aceite de oliva limpio para freír, harina de garbanzo para rebozar y no echar muchas cigalas a la vez en la sartén al mismo tiempo… El resto, no tiene nivel de dificultad alguno.
Aproximado proceder
Pelamos las cigalas y reservamos las colas. Salamos ligeramente los cuerpos.
¡Y nada de tirar las cabezas!, con ellas podemos elaborar un fumet que congelaremos y tendremos siempre disponible para mejorar nuestros arroces, guisos, sopas, o cualquier preparación que se nos ocurra.
Ponemos la sartén con abundante aceite de oliva al fuego y esperamos a que se caliente.
Mientras, en un recipiente con tapa (tipo túper) ponemos unas cuantas cucharadas de harina de garbanzo y añadimos unas 15 cigalitas. Tapamos y zarandeamos ligeramente el envase para que se enharinen homogeneamente sin manchar nada.
Retiramos el exceso de harina a las cigalas y las freímos en el aceite caliente (no arrebatado), durante 2 o 3 minutos. Las sacamos del aceite y evitamos el exceso de aceite dejándolas escurrir sobre papel de cocina absorbente. Repetimos la operación 3 veces más, y una vez fritas todas las cigalas, las servimos.
Como aperitivo, las podemos acompañar de un poquito de salsa alioli. Y si las ilustráis un poco con una ensalada se convierten en un entrante tan lujoso como equilibrado.
Como veis, no puede ser menos complicado el asunto. ¡Ah! y si os está dando pereza al tema del pelado, os diré que es mucho más fácil de lo que imaginé. Son cigalas de un tamaño aún pequeño y de caparazón mucho más blandito, así que…
Animaos a probar esta receta, y, como os digo siempre…¡Ya me contaréis!.