Siguiendo esta idea peregrina, (no más que cualquiera de las muchas que se me ocurren a lo largo del día), de unir una historia a cada receta que subo al blog, se me empezó a complicar de más la cosa, en lo que a cefalópodos se refería.Si hablásemos de pulpos, primos segundos, (que no carnales), de los chocos de mi arroz de hoy, la cosa me parecería más fácil…¿Quién no ha puesto alguna vez un pulpo en su vida?. ¿Eh?¿Y quién no ha tenido algún amigo, al que por razones más que obvias, el pandillaje de turno denominaba así?¿O quién no ha estado en algún momento de su existencia y en el garaje de su propia vida, más despistado que un ochopatas de estos?Por ahí la cosa parecía más fácil, pero con chocos, choquitos, calamares o calamarcitos…la cosa se complicaba. Y se complicaba hasta que, como tantas otras veces en mi vida, tuve una iluminación.Y tuve, como digo, una iluminación, de pocos watios, eso sí, y me acordé de un noviete que tuve el siglo pasado y al que mis amigas de piso y universidad en aquel momento, (hoy y 20 años más tarde, amigas del alma), denominaban, cariñosísimamente, eso sí, “el calamar”.La una porque decía que tenía un cerebro con la misma capacidad neuronal que uno de estos animalitos. La otra porque imaginaba que de tener cerebro, debido a un accidente neuro vascular le había sobrevenido un derrame interno… pero de tinta muy negra…Creo recordar, que aún sin negarlo del todo, yo lo encontraba guapísimo. Y debía serlo. Claro que siguiendo mi principio del equilibrio divino, pues con toda probabilidad le correspondería un encefalograma plano. O casi. Es de justicia decir que al pobre calamar le adornaban otras virtudes, (mal pensados absténganse), que lógicamente no puedo citar, pues serían pistas más que concluyentes para su rápida identificación… y este cibermundo puede, paradójicamente, acabar siendo un ciberpañuelo. Así que si cito fechas, virtudes y dones del muchacho en cuestión, siempre ajenos a su capacidad intelectual, alguien podría reconocerlo y chivarse…y después de 20 años…!Que perezón!.Y ya hablando en sentido bien distinto de calamáridos, reconozco que a veces yo misma me he sentido identificada plenamente con ellos. Me explico: nadan felices en su medio, la mar océana, como yo floto de encantada en el mío. Se mueven por impulsos cortos, exactamente como yo en mi día a día, y además lo hacen del revés, vamos, que van de culo, para que nos entendamos, exactamente como me sucede a mi en no pocas ocasiones de mi vida. Y por si estas fueran pocas similitudes, ¿cómo negar la cantidad de veces que me hubiera gustado soltar un buen chorro de tinta negra, (si pudiese ser acompañado de algún compuesto químico irritante), despistar al enemigo y acto seguido desaparecer?.Bueno, y ahora que lo pienso en verso: Con tanta cefalópoda semejanzaentre los calamares y mi persona, va a resultar que desciendo, más del choco que de la mona…
Pero menos tinta y a guisar…Arroz de chocos
Ingredientes ( 4 personas)1 kg de chocos con su tinta o con 2 bolsas de idem congeladas, (si no hay más remedio…)300 grs de arroz tipo bomba (= 1 taza grande llena)Doble y mitad de la taza, de caldo de pescado, o en su defecto, agua2 cebollas medianas2 dientes de ajo1 pimiento verde tipo italiano, delgado, alto, fino y brillante….vamos.1 lata de tomate troceado (o entero y lo troceáis vosotros, que no se os van a caer los anillos)1 chorrito de jerez seco2 hojas de laurelAceite virgenAzafrán y sal al gustoAproximado proceder
Rehogar las cebollas y el pimiento verde bien cortaditos en un fondo de aceite virgen, (el menor posible para que no resulte grasiento el plato). Salar.Cuando estén a medio rehogar, añadir el ajo muy picadito, el azafrán y las hojas de laurel. Dejar hacer un poco más y añadir los chocos limpios cortados en anillas y sus correspondientes patitas.Rehogar para que se sofrían a gusto. Después, añadir el jerez seco, (o vino blanco según gustos), y dejar que se evapore un poco. A continuación, añadir el tomate troceado de lata con su jugo y dejar guisar unos 15 minutos.Hasta aquí el guiso base que puede estar preparado con antelación. Media hora antes de comer, se calienta este y se rehoga en el la taza grande de arroz, (300grs). Se le da unas vueltas para que se impregne bien y se le añaden dos tazas y media de caldo de pescado, o agua, en su defecto.Revolver bien, rectificar de sal, bajar el fuego un poco y dejar hacer casi 25 minutos, que se trata de arroz tipo bomba y algo tan explosivo requiere de más tiempo.Hacer 5 minutos de reposo, (vosotros no, el arroz) y…Ya me contaréis…Guisándome la vida, Carmen Albo. Blog sobre gastronomía y cosas mías
8 comentarios
¡¡Arroz con Chocos!! Esta la hago. Lo juro. Ya te contaré. Nacho
Pues nada me haría más ilusión, Nacho.
Y cuando la hagas, por favor, cuelga foto en guisándome la vida facebook. No será como esas maravillosas puestas de sol tuyas, pero seguro que retratado por ti, el mismo arroz gana un mundo…
Besos y gracias por cocinar conmigo
Me da que al calamar ese lo voy a cooncer yo….je je je, estoy haicendo trampa. Excelente receta, Albo-rotadora. Go on
Antonioooooo… Por Dios te lo pido, no te vayas de la lengua que es peor…
Y me gusta lo de Albo rotadora, mucho más desde luego que lo de Albo ndiguilla…vamos, donde va a parar
Yo, como mi «alter ego» Sir Percy Blaqueney, prototipo del justiciero, entendiendo por tal el que observa y hace observar estrictamente la justicia, reitero una vez mas que, con tus recetas y comentarios jocoso-jacarandosos, nos alegras la vida – que buena falta hace – en sus dos facetas: la espiritual con tus comentarios y la del «body» con tus recetas, que nos hacen poner en valor el «carpe diem», que decía Horacio, pues ya ves como silban las balas a nuestro alrededor, en atinada frase del llorado Genaro.
Sigue así, Rubita, que como ya te dije en otra ocasión, cuando llegues Arriba, el Padre te va a sentar a su diestra como asesora gastronómica y responsable de cocina de toda la corte celestial ó, si vas al Olimpo, Júpiter o Zeus se rifarán tu compañía, teniendo que esmerarte en el primer caso con buenos platos de pasta, minestrone y pizzas acompañadas de un buen Chianti o con musaka, ensaladas con queso feta (seguro que con lo creativa que eres haces diabluras) y baklavas de postre, regadas con Retsina o Mavrodafni en el 2º caso.
Por otro lado, tu post erótico literario de hoy, me da pié y me pone fácil el comentar que mi primo carnal (que no segundo),»el que mas disfruta de tus comiditas», fué, y supongo que seguirá siendo, un pulpo (Octopus vulgaris) – que no calamar – en tu vida.
P.D. Nos tienes en ascuas, a tus lectores y seguidores que desconocemos tus andanzas anteriores, con la identidad del Calamar del siglo pasado. No nos dejes con la incertidumbre y no nos fuerces a utilizar nuestros medios para hacer periodismo de investigación.
Mi muy, pero muy querido
Pimpinela Carmesí,
que hasta el nombre, de ti,
me gusta a mi.
Sin palabras me has dejado.
después de este frenesí
de loas y de alabanzas
y sin parar de reír…
La gracia que nos hacemos debe ser mutua y directamente proporcional al cariño que ambos los dos nos profesamos. Y los piropos, de todo grado exagerados y nada merecidos…Pero reconozco que además de por lo que a mi me toca, así me gustan a mi mis amigos, profusos, derrochones, exagerados, y disipadores en lo que a bondades loas y alabanzas se refiere.
Y tus ganas de escribir, de contar, de vivir, de inventar, de disfrutar de hacer reír y de compartir tienen muchísimo más mérito que cualquier historieta erótico literaria de medio pelo que se me ocurra a mi un día de mal dormir de estos que tanto me acompañan ultimamente.
Te debo una, y estoy teniendo alguna ideilla…»Preparado Can Can…Prevenido Fru Frú…» que se decía por tu tierra cuando ibas a ligar al elegante concurso hípico de la época…
P.D. El periodismo de investigación es mi favorito…que lo sepas.
bonita historia de pulpos…y calamares,la verdad es que la fauna es tan amplia.
Saludos
Y tanto que la fauna es amplia, Aceitunas y Estrellas, y divertida, con excepciones como siempre…
Me alegro de tenerte por aquí entre pulpos y calamares, o entre lo que se tercie en el menú del día.
Binvenid@ al club