Como hoy tengo poco tiempo y prometí subir este post de receta de berenjenas a la italiana, voy a tirar, en todos los sentidos, de mi fondo de armario «recetil».
Como son las berenjenas favoritas de mi hija, no pude dejar de pensar en ella y en lo que le gustan, más ahora que ya no está en casa y se estrena como universitaria en Madrid.
Y para que no se olvide de muchas cosas que a veces se le despistan, en su honor, con todo mi cariño, y para recordarle un montón de esas otras cosas importantes de la vida, copio y pego el discursito que solté ante más de 700 personas, (casi me muero cuando vi lo que impresionan tantas almas juntas), en su despedida del colegio hace unos meses.
Va por ti, Carmencita, y por todos los que al leer estas líneas, aunque hayáis comido ya muchas berenjenas en la vida, sintáis que de alguna manera aún seguís siendo un poco niños.
Y aquí va el discursito en cuestión:
«Hace no mucho tiempo (unos escasos 30 años) en una de esas mismas aulas que vosotros acabáis de dejar, el Padre Jaureguízar, profesor de filosofía de otro bachillerato (que era, a mayores del vuestro, unificado y polivalente) nos explicaba los grados del conocimiento: La sospecha, el indicio, la prueba, la evidencia, hasta llegar al máximo grado: La certeza absoluta. Según él, y en contra de lo que propugnaba el libro de texto, la certeza absoluta no existía, y de existir, sólo lo hacía en el alma de los soberbios.
Desde ese día y para siempre, gracias a ese inolvidable jesuita profesor de este Colegio, dejé de creer en ese tipo de verdades. Pero hoy, y sin que esta sea por supuesto de grado absoluto, tengo una estupenda certeza: ¡la de que hoy comienzan los mejores años de vuestras vidas!
Por emplear términos gráficos, marineros y muy nuestros; hoy leváis anclas, soltáis amarras, y comenzáis la mayor y mejor singladura de vuestra existencia. Creedme que así será.
Vuestros padres y profesores, os hemos ayudado a llegar hasta este fantástico puerto de partida y hoy todos nos congratulamos y sentimos orgullosos y felices de haber podido llegar juntos hasta él.
Os esperan por surcar infinitos mares llenos de aventuras. Los mares de la libertad. ¡Libertad!, ¡Qué bien suena!, ¿eh?, y de la responsabilidad, ¿Sigue sonando igual de bien?. Los mares del cambio, del conocimiento, del esfuerzo y de la recompensa, de la independencia, del aprendizaje, de la alegría y de la tristeza, de la victoria y de la derrota, del éxito y el fracaso…¡Ah!, y del amor y el desamor, que al lado del resto, y en este momento de vuestras vidas, ¡esos sí que son importantes!
Os aguardan océanos de experiencias por vivir y disfrutar y en vuestras manos está ahora hacer de estos años, los mejores años de vuestras vidas.
Os ha llegado el tiempo de tener los ojos bien abiertos, de viajar, de conocer, de aprender, y de absorber y asimilar todo cuanto esté a vuestro alcance, para que algún día podáis volver y contribuir a que vuestro colegio, vuestra ciudad, y vuestro mundo, sean, gracias a vosotros, un poco mejores.
Y en medio de tanta felicidad, no olvidéis por favor, que también es vuestro mejor momento para dar y para compartir con los que menos tienen. Es el momento del compromiso y de la solidaridad, precisamente porque aún no tenéis cargas ni responsabilidades que para ello os limiten. Lo que aquí habéis aprendido, entre clases de matemáticas, lengua e historia, debería ayudaros a tener presente siempre esto en vuestras vidas.
Ojalá algún día volváis a este mismo colegio, o si estáis en otro en cualquier lugar del mundo, os acordéis de este, el vuestro, y sintáis el orgullo, la emoción, la alegría, la pena y hasta (lo reconozco) la envidia, de ver como esta vez son vuestros hijos los que comienzan la singladura más importante de sus vidas.
Ojalá que la Virgen del Colegio, esa Madre que al cielo mira y que al cielo los pasos guía, os guíe. Y os guíe mucho. Y os guíe bien. Y os guíe siempre, por ese mar de azul infinito que hoy, de una forma simbólica, empezáis a navegar.
Queridos hijos: ¡Ojalá que así sea!»
Y ahora, mi niña, acuérdate de todo esto, además de las berenjenas a la italiana de tu madre.
Receta de Berenjenas a la italiana
Esta receta en su V.O, (como en las pelis, versión original), se hace friendo en aceite de oliva a las susodichas y escurriéndolas entre abundantes y generosas nubes de papel de cocina. Este imprescindible proceder se debe a que la berenjena es el ser vegetal susceptible de absorber la mayor cantidad de grasa posible por centímetro cuadrado del mundo….siempre después de mi, todo sea dicho. (Ya os expliqué en otro post, que yo en otra vida fui planta)
Yo las hago como os explicaré a continuación y además de convertir la receta en mucho menos calórica, está, casi, casi, igual de rica…sobre todo si no se ha probado la otra versión, la original
Ingredientes (2 personas)
2 berenjenas muy hermosas o 3 normales
1 bolsita de tomatitos cherry, (si son cherry pera, mejor)
1 lata de tomate natural troceado, (o tomate entero y lo picáis vosotros)
1 bola de queso mozzarella (o un queso tipo barra rico) + queso parmesano (grana padano cuela y es más barato)
Albahaca fresca (yo la compro y la congelo, no es lo mismo, pero da igual). Nunca uséis albahaca seca le da a los platos un toque a Licor del Polo….
Orégano seco + sal + azúcar (o sacarina)
Nota: cuando se las hago a mi hija les pongo también rodajas de huevo duro entre las capas, y están riquísimas. También.
Aproximado proceder
Cortarles el rabo a las berenjenas, (cuidado que pinchan, como casi todos los idems). Cortar también el extremo opuesto para poder ponerlas “de pie” en una tabla. Así dispuestas pelarlas de arriba abajo con un cuchillito de sierra.
Una vez peladas, cortar en discos de un centímetro escaso y sumergir en abundante agua con sal una hora, si podéis más tiempo, mejor.
Cortar los tomates cherry en dos partes. Poner en una cazuelita un fondito de aceite de oliva virgen, y dorar dos dientes de ajo muy picados, (si puede ser, con prensador de ajos). Rapidamente, (que no se queme el ajo), añadir los tomates cortados al medio, las latas de tomate troceado, y la sal
Dejar que se haga el tomate unos 12 minutos, añadir la albahaca, la cucharadita de azúcar, (o 2 pastillas de sacarina aún más light), y retirar.
Sacar las berenjenas del agua, escurrirlas un poco entre las manos, sin esmagarlas, ponerlas en la parrilla del horno y pintar, (literalmente), con aceite de oliva y pincel de cocina por los dos lados. Espolvorear con el orégano seco. Hacer en horno a 180º como una 20- 25 minutos dándoles la vuelta. Tienen que quedar tiernas.
Disponer en fuente de horno una rodaja de berenjena, una buena cucharada de la salsa de tomates cherry, una loncha de queso mozzarella, un poco de parmesano, (o grana padano) y algo más de albahaca picada. Repetir la operación. Para terminar la torre, cubrir con otra rodaja de berenjena, un poco más de la salsa y para terminar:
Cubrir con nube de parmesano,
o con el queso que tengáis a mano.
Hojita de albahaca de adorno,
y quince minutos de horno.
Y ya me contaréis…
7 comentarios
Me ha encantado tu historieta carmen!!
No puedo estar más de acuerdo en que son los mejores años de nuestras vidas y que se recuerdan siempre con una sonrrisa.
Y los amigos?….pues si se tiene la suerte de conocer buenas personas, esa suerte durará toda la vida, aunque haga 25 años que no los veas. O no?.
En menos de 5 minutos de conversación notarás que no han pasado muchos años, sino muchas cosas que contar.
Un beso y gracias amiga de hace 25 años!!!
por cierto cuando nos vemos? que no llegue a los 26 sin vernos.
Y de la receta como soy fiel seguidor, y la conocía , sabes que la hago, tuneada pero la hago,(yo cocino las berenjenas en el microondas) decir a todos que están riquísimas y facilísimas de hacer, animaros y disfrutarlas!!
Pues no puedo estar más de acuerdo contigo, amigo. Amigo de verdad al que hace más de 20 años que perdí la pista y al que hace poco que recuperé gracias a facebook.
Con fans como tu, esto estaba fácil, fácil. Bueno y además de echarnos piropos…¿Como haces las berenjenas en el micro?…Cuenta, Cuenta
Muchos besos Miguel y bienvenido a tucasa
A mi es que las berenjenas…..no sé, solo me gustan unas que comí en Priego de Córdoba cortadas finiiiiisimas y rebozadas en «rebocina de gaseosa» fritas crujientes y posteriormente mojadas en salmorejo de verdad y no las porquerias que se hacen llamar salmorejo.
Bueno, Albita, es que la berenjena finita y rebozada crujiente está riquísima, si encima la mojas en otra cosa que también es riquísima como el Salmorejo…Pues imagina.
A la berenjena le pasa lo que a algunas personas, que no consiguen desamargarse…y claro, no hay quien las trague. Si te gusta el queso, el tomate, la albahaca y el orégano… prueba a comerlas así.Ahora bien, tienen que soltar el amargor, si no da igual como las hagas…
Gracias por tu comentario, Albita, y espero verte más por aquí.
Hola Carmen!!, acabo de conocer tu blog a traves de una amiga comun, Almudena, llevamos las dos a las niñas al mismo cole, y me encanta, ahora mismo me hago seguidora!
Tus recetas riquisimas y nada complicadas!! y enhorabuena por el discurso…que emocionante, al leerlo se me ponian los pelos de punta al tiempo que recordaba «mis mejores años», INOLVIDABLES!!!, muchas gracias por la receta y por haberme hecho recordar taantas cosas!!!!, hasta prontito…
Pues nada Valentina, encantada de encontrarte por aquí y espero verte a menudo. Esta historia del blog acaba de empezar, ni siquiera hemos cumplido un mes…pero bien hallada seas, y por supuesto, bienvenida al club.
Espero deleitarte con muchas más recetas y con sus correspondientes historietas. Un beso.
[…] 1. Berenjenas a la italiana de mi hija (Con historieta) […]