Estas acelgas rehogadas y diferentes que hoy os traigo al blog, espero que supongan un antes y un después en la complicada relación que algunos de los que leáis esto, seguro que tenéis con esta verdura.
Para mi, que desde que era una niña tomo las acelgas cocinadas de esta forma, y que así he conseguido aumentar el número de adeptos de esta verdura, esta es la receta definitiva.
La receta, tengo que decirlo, es la que hacía siempre en su casa mi abuela Romana. Mi abuela decía, y creo que con razón, que las acelgas eran «rasposas» y había que «quitarles el bravío». No sé si pensáis lo mismo que ella, pero si es así, os animo a que probéis esta sencilla forma de conseguir unas acelgas rehogadas diferentes,
Hay otras dos formas de preparar acelgas que siempre me han encantado, quizá porque también las asocio a la cocina de mi niñez, y que, ahora que lo pienso, me encantaría cocinar y subir aquí. No son recetas ligeras, porque no lo eran las de mi infancia. Me crié en una casa donde, aunque afortunadamente, se comían muchas verduras y algunas que en la época eran hasta exóticas, también abundaban los fritos, las croquetas, los bizcochos, las bechameles, el postre diario y muchas, muchas, patatas.
Asocio mi gastronómica infancia a comer 2 platos diarios con dos acompañamientos y postre, y, sobre todo en las cenas, a tomar cada noche, cremas de verduras, frías o calientes, según la época del año y a ingerir platos repletos de croquetas, fritos ingleses, huevos encapotados y deliciosas tortillas de patatas.
Y después de este rollo, os diré que las otras recetas con acelgas que me encantan son: las pencas rellenas de jamón y bechamel, rebozadas a la romana y fritas y la tortilla de acelgas que en mi casa se ponía sobre otra de patatas y se cubría con salsa de tomate por encima…Ligerito, ¿eh?. Bueno y además para unas prisas.
De momento, vamos con las acelgas rehogadas diferentes de hoy…¡A ver que os parecen!
Aproximado proceder:
El primer paso es retirar los hilos a las pencas y lavar bien las acelgas
El siguiente es cocerlas. Lo podéis hacer en agua de la forma tradicional, o, como hago yo, en el estuche de silicona de LÉKUÉ para cocer al vapor en el microondas. Es la herramienta que casi más uso a diario , lo vendo en mi tienda y envío a domicilio con mis recetas, consejos y atención on line. Con él ahorro mucho tiempo y trabajo, porque no mancho, y, además, las verduras quedan más ricas.
Una vez cocidas las acelgas en 7 minutos de micro, las escurrimos y las reservamos.
En una sartén en un poquito de aceite, doramos una cebolla cortada muy menuda (proceso que también podemos abreviar previo paso de 5 minutos por el micro en el estuche de silicona).
Añadimos el puñado de pasas, el de piñones y si queréis, los taquitos de jamón, o bacon ahumado. Cuando esté todo bien rehogado, añadimos las acelgas escurridas y dejamos que se mezclen bien con el resto de ingredientes en la sartén
En el último momento, añadimos un huevo batido y dejamos que se cuaje ligeramente. El huevo, en este caso, es sólo un condimento que terminará de suavizar y domesticar a las acelgas.
Como acompañamiento, porque en el siglo pasado las verduras también se llevaban a la mesa acompañadas de algo más, el acompañamiento, digo, en este caso, era siempre puré de patatas. Ni que decir tiene, puré de patatas ¡casero y recién hecho!. La presentación del plato era, como muchos de nosotros, redondita. Os explico, las acelgas se metían en un molde de rosca grande y el centro del mismo era el que se rellenaba de puré de patatas. Se ve que mi abuela era muy aficionada a redondear la cocina y la vida, y algo debí de heredar yo…
Animaos a probar esta receta de mi abuela.¡Y ya me contaréis!
2 comentarios
Tengo tanta fe en tus recetas, que me he comprado acelgas!!! Yo!!!
Y me he dado cuenta que no se ni quitarle los hilos!!
A ver que sale
Eso sí que es confianza ciega, Leticia. Así me gusta…Ya me contarás el final del asunto