Se que llevo casi quince días sin aparecer por aquí y aunque se me debería caer la cara de vergüenza, la verdad que no siento ni presiento ningún síntoma que delate este sentir.
Si soy sincera, ciertos remordimientos si he tenido, sí. Incluso en este viaje de amigos del alma que anualmente suelo realizar, (y que será el tema del post de hoy), en algunos momentos me he acordado de mis deberes para con este nuestro blog.
Pero a lo que íbamos, hace algún tiempo escribí un post sobre los amigos del alma, y otro sobre los que vienen después, pero ahora me encuentro con que me dejé fuera una categoría. Bueno, más que una categoría o género, son una especie en extinción, porque abundar, no abundan.
Es ese pequeñísimo grupo compuesto por personas que fueron muy especiales en nuestra vida. Quizá, mucho más de lo que en el momento uno mismo es hasta capaz de apreciar, y a los que el tiempo, las circunstancias, las vueltas de la vida, el ansia por vivir el presente en cualquier juventud, las obligaciones, las distancias, que según cuentan unos y cantan otros siempre fueron olvido, y mil cosas más, nos separan en un determinado momento de ellas.
A mi, facebook me ha devuelto a personas que formaron parte de mi vida y que tenía perdidas en el espacio. Y de entre todas ellas, a una muy especial.
Fuimos amigos, muy amigos y nada más que amigos, (y nada menos), en primero y segundo de nuestras carreras, hace ya más de 20 años en un Colegio Mayor de Madrid de cuyo nombre, como el de la Mancha, no quiero acordarme.
Tras el éxito académico obtenido en esos dos cursos, Miguel, que para mi siempre será «mi Miguelito», fue llamado por sus superiores a maitines y conminado a retirarse a universidad más cercana y controlable. Y desde ahí, tras varias felicitaciones navideñas y cumpleñeras perdimos el contacto.
Pasamos dos años pegados, compartiendo principios, gustos, aficiones, amigos, vida y confidencias, en esa época de nuestras vidas en la que todos somos más moldeables, impresionables y maleables que nunca. Tan pegados debimos estar, que dado nuestro también común tamaño, fuimos rebautizados como «Pin y Pon» en el colegio.
Fuimos amigos especiales, tanto, que todo aquello que tuvimos en común, lejos de perderse, se congeló en la nevera del tiempo durante más de 20 años, para reaparecer ahora de nuevo en perfecto estado de conservación.
Yo que soy persona, en general, de grandes amores y que cuando quiero, (y quiero mucho y a muchos), no me suelo preocupar de como me quieren a mi, me he sorprendido de nuevo al redescubrir en Miguel, ¨mi Miguelito¨, tan sólo 20 años después, las mismas formas de querer, de recordar, de disfrutar y de aprovechar la vida, que yo consideraba bastante particulares y exclusivas de mi persona.
Él es, como creo que yo, otro soñador, nostálgico y divertido, que guarda en los rincones de su alma y para siempre, a todas las personas que le han importado, sin importarle el tiempo que haya pasado.
¡Si es que se dio de alta en facebook para buscarme! Si esto no es para «llenarse de orgullo y satisfacción», ¡que venga el Rey y lo vea!. ¿O es a Dios al que se suele llamar para ver estas cosas?
¡Qué gustazo para el cuerpo y para el alma reencontrar a personas así!. Personas a las que los años transcurridos no han dejado más que buenos posos, de esos que por fuerza, (aunque discretísima y elegantemente, eso si), se acumulan en alguna que otra parte del cuerpo.
Desde que nos reencontramos en Facebook, Miguel y yo hemos hablado unas cuantas veces por teléfono, nos hemos confesado y contado nuestras vidas en un unánime, e unamuniano: «Como decíamos ayer», sacudiéndonos de un plumazo todo el, (metafórico), polvo del tiempo, y descubriendo entre otras aficiones nuevas, (vamos, nuevas de los últimos 20 años), nuestro común vicio por la cocina.
Así que aprovechando que este año no voy a poder hacer el viaje habitual de amigas del alma, y ya que iba a Marbella a visitar a una de las amigas con las que no podré hacer ese viaje, pues me faltó el tiempo para acercarme a Cádiz.
A un Cádiz que también un día aún más lejano fue mi Cádiz, puesto que en el viví de los 3 a los 8 años y en el aprendí a hablar en andaluz, para asombro de mi ancestros gallegos y castellanos que entre risas y admiraciones, (que para eso era la primera nieta), me debían mirar sorprendidos como a una especie de mutación genética zarabeta.
Así que a Cádiz, como una Proust cualquiera, me fui en busca del tiempo perdido.
Las emociones y la alegría que sentimos al reencontrarnos se ven hasta en las fotos que hicimos y en lo bien que lo pasamos. Y en lo que nos reímos, que es mi verdadero indicador de felicidad en la vida. Y, por supuesto, el de Miguel también.
De verdad que no tengo palabras para describir lo sentido, recuperado, vivido, revivido, desenterrado, reanimado, disfrutado y reído…Pero debió ser tal la emoción sentida, que mis hormonas, (últimamente ya de por si bastante revoltosas), decidieron ponerse a retener más líquidos que de costumbre, tantos, que mis estrechos tobillos se volvieron tan redonditos como los de Dumbo, y mis ojos, acabaron más hinchados que los del sapo Concho.
Pero mi amigo Miguel, que está en todo, hasta me dio una pócima mágica…Vamos, que me recetó y facilitó un diurético, que para algo es farmacéutico.
Y para colmo de emociones, y por si estas hubiesen sido pocas, Miguel me regaló dos dibujos maravillosos de mi admirado Cecilio Chaves, pintor local, (que casualmente reside en Vigo), maestro de la luz y las azoteas de Cádiz: «Para que te acuerdes de mi cada vez que los veas»…
Para Miguel, mi Miguelito, con el mismo profundo, nostálgico, divertido y sincero cariño que el me guarda y al que 20 años «no han rebajao ná».
P.S.
Y a A y T por quererle tanto, también.
P.S.
Y unos meses después, por fin está este regalazo donde tiene que estar.
Pienso en ti, Miguel, y veo Cádiz, cada vez que levanto la vista desde mi sofá…
Salmorejo Cordobés (de Miguel de Cádiz)
La receta de este post no podía ser otra. No es que sea nada difícil de hacer, pero es una de esas cosas que en el norte se nos olvidan que existen, hasta que volvemos al sur.
A mi siempre me encantó el salmorejo, y precisamente con Miguel compartí uno en Cádiz, que estaba tan rico, que, como siempre que algo me gusta en la vida, repetí al instante…¡no vaya a ser!
Aproximado proceder
En Thermomix o buen turmix batir los tomates lavados, troceados y sin pedúnculos, con el ajo, el pan candeal, los picos andaluces, el vinagre y la sal.
Cuando esté bien batido, pasar la mezcla por chino o pasapuré para retirar pieles y pepitas.
Devolver a la batidora y a menor velocidad, incorporar el aceite poco a poco como si se estuviese montando una mayonesa.
Dejar enfriar y servir en plato sopero o cuenco con huevo y jamón ibérico picaditos.
Y ya me contareis…..
Nota:
Si no tenéis pan candeal, cosa que fuera de Andalucía y Castilla es fácil que os suceda, recurrid a más cantidad de picos andaluces. Los de Bimbo y similares no valen. Tienen que ser de los auténticos, los que saben a trigo y huelen a panadería…
También sirven perfectamente, las Galletas Mariñeiras. Aunque no sé si son fáciles de encontrar fuera de Galicia
Guisándome la vida, Carmen Albo. Blog sobre gastronomía y cosas mías
27 comentarios
Enhorabuena por tu Deja Vú.
A veces te encuentras sorpresas, como Proust con su magdalena.
Por cierto he añadido «esquivos» a lo de los besos de portal.
Que arte tienes gitana.
Juan_Ito
Marbeya’10
Qué historia tan bonita, bendito facebook!. Disfruta de los amigos como lo haces Carmen, es lo mejor que tenemos.
Por cierto, el salmorejo es de mis platos favoritos, no concibo el verano sin él, aunque yo siempre le pongo un poquito de pan, el resto para mojar.
Aunque le añadas «esquivos»
a tus besos de portal
no te preocupes, Juanito.
Te sigo queriendo igual.
Gracias por lo del arte pero se de otro que me gana
Y para el perfectísimo Deja Vú
sólo faltaste tu.
Besos Proustianos…me han entrado ganas de magdalenas
carmen…. no me voy a «Jet extender» mucho… porque me han entrado unas ganas locas zarmorejo…..!
no sabia que coño cocinar hoy ( sali anoche) y acabo de ver la luz…. y la de cadiz tambien!!
Adios con la manita!!! y gracias!!!
Lo haces todo tan bien, Monaguillo, que se ve que no hace falta ninguna que te «jetestiendas» – Lo bu si bre, do ve bu – Vamos, de toda la vida!!
Me alegra haber aportado un poco de luz, y si es de Cádiz aún más, a tu culinaria vida.
Adiós también con la manita, ya más deshinchadita…
A ti!!
Ana María, que «te me publicaste» en medio.
Soy de la misma opinión que tu, respecto a los amigos…
El salmorejo, si tu lo haces con pan, seguro que también está buenísimo. Quizá influya en la textura, ¿no?
Gracias por comentar,
y como tu bien dices…
el resto del pan,
mejor para mojar
Aún no he parado de llorar de la emoción.
Hoy es para mi, uno de los dias que dejarán huella en mi memoria.
Gracias por tu AMISTAD y por expresarla de esta manera tan entrañable.
Un besazo Rubia.
Ya hablamos cuando me recupere de la impresión.
La receta no podia ser más propia,nos quedan muchos salmorejos por compartir…
nananaan
Miguel.
Nos quedan muchos más salmorejos, y centollas, y mil cosas que no son de comer por compartir…Tantas como vida nos quede por delante, que por detrás, mal que nos pese, ya llevamos un buen cacho-
Y ya hablaremos, y en otros foros menos concurridos…
Mientras, otro besazo igual de cariñoso que el tuyo…
Anónimo:
Es que no se que decir…Si me das otra pista.
Gracias por…iba a decir comentar, pero no se si es eso exactamente lo que has hecho… Bueno, pues hasta la próxima señal, un saludo
Preciosa tu historia, las fotos y por suipuesto ese salmorajazo divino
Decirte que me ha encantado el post, y tu manera de escribir y cocinar. Estaba probando a ver si aparecía el post, y al no aparecer, se me pasó el volver a intentarlo. Pero aquí estoy, al igual que tu amistad con ese amigo de arriba.
Enhorabuena!
Luz, digo Delantal:
Que tu, que eres más andaluza que un traje de faralaes, me digas eso…pues me llena de orgullo y satisfacción y me deja quedar como una reina.
Un beso y mil gracias
Anónimo:
Pues otras mil gracias a ti también, y no se que me gusta más , si que te guste mi manera de escribir o de cocinar.
Y gracias por estar. Por estar ahí, compartiendo esta fascinante ciber aventura entre pucheros para guisarnos la vida juntos y como podamos
Pues faltaba yo por comentar y ¡aquí estoy!, y como siempre, hoy te has lucido, Carmen. Y… ¡qué bonitas palabras para tu amigo del alma, Miguel! Son muy emocionantes.
Añades el salmorejo.
para acompañar la historia,
y me recuerda al verano,
tanta dedicatoria;
no nos falles Carmencita,
pues cocino con mucha dicha,
y hago mención a dos chicas,
que leen este tu blog,
no comentan, pero lo harán;
con ellas ayer estuve,
hablando de tí na Arribada,
me dicen que leen y leen,
pero de hablar, nada de nada;
Yo les doy paso y espero,
que tras leer estas líneas,
Teresa, Mónica,…¡niñas!
ponerle algo a la Carmen,
que mucha ilusión le haría.
Un besito, y como siempre, ¡te felicito!.
Hola Xela, una vez más por aquí, incondicional.
Precisamente esa es para mi una de las gracias de este invento…Tratar de imaginar a donde y a quien llegas…y equivocarte, ¡seguro!…Pero me sigue fascinando.
Un besazo, y gracias por estar ahí.
Carmen, acabo de ver el post dedicado a Miguel, no me conectaba desde el jueves y eso en mí es raro, raro, raro, vamos raríisimo!!
Tendrías que haberme avisado, me hubiera puesto el babero que se ponen en cataluña para comer calsots y no acabar llena de babas
Por cierto, un viajecito para degustarlos no estaría nada mal…
Es cariñoso, emotivo y contado con mucho ARTE
Sigue irradiando felicidad, yo cuidaré a tu Miguelito.
Un beso fuerte
Muy bonita la historia, me ha gustado leerla. Es emotiva y rezuma felicidad.
Yo he buscado a algunas antiguas amigas en Facebook sin conseguir encontrarlas, pero a cambio he conocido a otr@s. Y también me han encontrado, personas que yo ya no recordaba, lo cual es gratificante y me hace revivir momentos olvidados.
Y respecto al salmorejo… como buena cordobesa y estudiosa de ese manjar tan típico de mi tierra, te diré que el verdadero salmolrejo, el «madeinCórdoba» como yo le llamo, sin pan, no es salmorejo.
Esa crema que tu haces (exquisita por cierto) la utilizo para comerla encima de tostadas ¡¡y que ricas están! con su jamoncito por encima… o con unas sardinillas o unas anchoas.
No se si sabrás que tenemos una casi recién creada «Cofradía del Salmorejo». Hace pocos dias celebró su primer año y han aumentado sus componentes.
Puedes ver noticias sobre su constitución en mi blog de Córdoba http://charyserrano.blogspot.com/2009/02/presentacion-de-la-cofradia-del.html
Y mi receta de salmorejo y artìculos relacionados en:
http://roserex.blogspot.com/search/label/SALMOREJO%20CORDOBES
Espero que no te haya molestado la apreciación.
Chari..¿Molestar?, pero si me has dejado encantada.
Encantada por comentar, encantada por piropear, y encima por ilustrar.
Te prometo que después de lo que me has dicho, y encima siendo cordobesa, además de ir inmediatamente a ver tu receta, mi próximo salmorejo, va con pan, como está mandao.
Un beso y mil gracias por comentar…lo que quieras y cuando quieras. Estas en tu casa.
Salmorejo con pan, como manda Dios.
Chary estas galleguiñas siempre inventando.
Carmen si te animas en Mayo te invito a un salmorejo y te enseño Los Patios de Córdoba.
Un beso
Juan_Ito
Pues no sabes como me alegro
Tere, que «te me» quedaste arriba y sin contestar…Gracias a ti, por tu hospitalidad y por tu cariño, se ve que estas cosas son de familia.
Sigue cuidando de Miguelito, igualq que el cuidará de ti, que esa es la suerte que tenéis.
Y para ARTE, el vuestro y el que en justa representación y recuerdo me regaló tu hermano.
Un beso, y hasta la próxima que jugamos en casa…
Chari, aquí tienes a un Juan Ito, que desde el primer momento dijo nones al salmorejo sin pan.
Ya tengo tomates «buenos» y pan resesando para el próximo. Y un jamón ibérico que te…
Besos a los dos salmorejos.
Juan Ito gracias por la invitación, pero dado que yo ya anduve por tu tierra…te toca por la nuestra..
Tengo que ir urgentemente a Galicia.
me han regalado una batería de cocina «Le Creuset».
Y está en el trastero de la Quintana.
Cágate Pedrín una Le Creuset.
No me lo puedo creer.
Nos vemos Rubia.
Juan_Ito
¡¡Que emoción tener un amigo que a su vez tiene una batería Le Creuset entera!! No me extraña que vengas rápido cual centella a por ella.
Aquí si que es imprescindible evitar adelantamientos peligrosos.
Y tráete un carrito para arrastrarla…Bueno y lo más importante, ¡¡¡Nos vemos!!!
A mi me encantan asi que pronto lo hare que este año hice los bombones de salmorejo que vienen en la revista de thermomix y me encanto ….
Que gusto recibir comentarios a un post, un año después de publicado-
Muchas gracias por bucear por aquí, Rosa Candy!!
Así que picos… Siempre aportando cosas nuevas Carmen!