Esta palometa rebozada en horno, es tan crujiente y rica como la frita. Es mucho más fácil de hacer, porque no se fríe en sartén con aceite, y, sobre todo, es mucho menos calórica. ¡Y más sana!
El mes pasado, os dije que iría compartiendo en este blog las recetas de pescado ultracongelado que preparo para la marca Pereira, y hoy me apetecía traeros aquí esta palometa rebozada en horno. Esta versión, además de todas las bondades antes mencionadas, tiene la ventaja de conseguir que los niños de la liga antipescado no se resistan. Bueno, o que no se resistan tanto.
Además, en estos tiempos de necesaria reclusión que nos está tocando vivir, el pescado ultracongelado me parece uno de los recursos más cómodos y más sanos que podemos tener en casa. Ya sabéis que yo siempre he sido defensora del congelador como forma de ahorro y de aprovechamiento, pero ahora, ya ni os cuento.
Y ya que estamos hablando de tiempos difíciles también hoy desde aquí, mi más profundo agradecimiento a todas las empresas de alimentación que, como Pereira, siguen trabajando en estos difíciles momentos para que a nosotros no nos falten los bienes más necesarios. Y un abrazo enorme a Ángeles y Mari, que espero me lean, por sonreírnos siempre. Hasta en esos días.
Y para ver la receta paso a paso, con ingredientes y todo, os remito al post que escribí en su día. Sólo tenéis que picar aquí debajo en el nombre de la receta. Esta forma de rebozar y cocinar en horno, la probé con pechugas de pollo y después la he ido aplicando a otras carnes y pescados Os animo a probarlo, y … ¡Espero que os guste!
PALOMETA REBOZADA EN HORNO CRUJIENTE
Y si queréis ver otras recetas de palometa, os las dejo aquí:
1.Palometa al horno, jugosa rica y baratita I
2. Palometa al horno, jugosa rica y baratita II
3. Palometa al horno estilo vieira
3 comentarios
Me encanta el rebosado al horno, procuro hacerlo siempre que pueda… probaré muy pronto tu receta, gracias!
Pues muchas gracias por decírmelo y, además, por hacerlo aquí. Funciona fenomenal también con el pollo…Prueba y me cuentas, Mika.
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